ANOCHE
Anoche morí por un segundo, no habían violetas ni contracantos.
Del hombre azul… ni rastro.
Perdí la calma entre gritos arcanos.
Anoche el humo reía tan fuerte que el sueno temía de sí mismo.
Un ángel sedujo mis ojos, mi suerte, Fueron sus manos un lazo de abismo.
Anoche dude de mis propios vicios, creí dominar el cuerpo y el alma, la mente volaba, salía del quicio la vida pasaba lenta, mil fotos al alba.
Anoche confirme que lo eres todo: mi luz, mi voz, mi fuego, mi llanto.
Si llega la hora y no encuentro el modo abrázame fuerte que el dolor será encanto.